rojo mosaico\agata rojo mosaico\fife

El Canario Rojo Mosaico
Aunque el canario rojo mosaico siempre ha gozado de.             


una gran popularidad ha sido en los últimos años cuando
el número de ejemplares criados se ha multiplicado, no                                  
hace falta más que darse una vuelta por cualquiera de los
muchísimos concursos que se organizan dentro y fuera de
España para comprobarlo.
Como muestra, los numerosísimos ejemplares expues-
tos en el último mundial celebrado en Piacenza, 576 entre
líneas machos y hembras en las modalidades de indivi-
dual y equipos incluida la variedad rojo marfil.
Los motivos del éxito de esta raza son muchos y varia-
dos, podríamos resumir los más importantes:
El buen hacer de los aficionados ha dado como resul-
tado la obtención de ejemplares de gran calidad con un
impresionante contraste entre el rojo de las zonas de elec-
ción y el blanco del resto del plumaje, confiriéndoles gran
belleza, siendo entonces muy atractivos tanto para los
entendidos como para los neófitos.
La apertura de los grupos de competición en líneas
hembras y machos y la separación de los rojos marfil
mosaico en un grupo aparte, es ya una realidad en la
mayoría de concursos de importancia.
Los clubes de especialización del mosaico existentes        
en algunos países que presentan a concurso ejemplares
macho de línea hembra y hembras de línea macho, ade-
más de poseer planillas de enjuiciamiento donde se enjui-
cia cada apartado de la categoría por separado.
Por último, estamos ante unas de las razas de canarios
de color más prolíficas sin duda alguna, donde parece no
afectar el alto nivel de selección que los criadores aplican,
tanto es así, que sabemos de importantes canaricultores
que los utilizan como nodrizas de otras razas que presen-
tan más dificultades en la reproducción.
Macho joven de rojo mosaico.
Criadero Fernando Rodri ́guez Amat.
Texto y fotos: Miguel José Penzo Rodríguez
Juez de Color del CJA y O.M.J.-C.O.M.
Historia
Podríamos escribir artículos enteros, intentando expli-
car el origen del mosaico en la canaricultura y llegaríamos
siempre a la misma conclusión, no está claro. Existen
varias teorías e hipótesis todas ellas atendibles pero nin-
guna fiable al cien por cien.
Algunos autores afirman que los primeros ejemplares
aparecieron en los EEUU después de la segunda guerra
mundial ya que es desde allí de donde se tienen las prime-
ras referencias escritas, otros dicen que en Holanda y otros
Italia, como quiera, el canario mosaico que tenemos hoy,
poco se parece a aquellas primeras descripciones, por lo
que a efectos de selección sólo tiene un interés anecdótico,
por otra parte no se puede descartar que hayan aparecido
mucho antes en cualquier lugar del planeta y hayan pasa-
do desapercibidos para los poco expertos ojos de su cria-
dor.
En cuanto a su origen genético, la teoría más extendi-
da es que aparece por la hibridación con el cardenalito de
venezuela. Este espléndido carduélido americano de pre-
dominante color rojo vivo, presenta un claro dimorfismo
sexual, por lo que al cruzarlo con los canarios para intro-
ducir el rojo en los mismos se habrían obtenido los prime-
ros mosaicos. Esto podría darse como bueno para el caso
de las hembras de cardenalito ya que poseen algunas de
las características propias del mosaico pero no ocurre lo
mismo con los machos. Cualquier hibridista nos dirá que
los hijos resultantes de una hibridación adquieren las
características de los padres pero de ahí a decir que de un
cardenalito y un canario no mosaico se obtiene mosaicos
hay un trecho.
Otra hipótesis aunque menos extendida es la del cruce
con el verdecillo. En algunos sujetos de esta especie
encontramos semejanzas con la categoría mosaico, pero
teniendo en cuenta que un exceso de nevadura produce la
Cardenalito de Venezuela macho.
Color
31
impresión de estar ante un mosaico, podíamos definir a
estos ejemplares como nevados “amosaicados”, si se per-
mite la expresión. Esta “tendencia al mosaico”, sumada a
el alto porcentaje de fecundidad de los híbridos de este
fringílido con canario invita a algunos a otorgarle la pater-
nidad de la variedad que nos ocupa, pero las experiencias
con el verdecillo que he leído en todos los artículos que
han llegado a mi poder, son siempre a partir de canarias
mosaico, por lo que mientras alguien no haga el trabajo
partiendo de canarias intensas y nevadas y lo documente
fiablemente no pasamos de otra posible teoría.
Hay una tesis que nos dice que hasta los años setenta
existía un línea de mosaicos con buena localización de
lipocromo en las zonas de elección pero también con
abundante rojo difuminado en el resto del plumaje, pero
en un breve período aparecieron ejemplares con mucho
contraste entre el rojo propio de las zonas de influencia y
el blanco del resto del plumaje, y al que llamaron “nuevo
tipo”, y que presentaban además algunas diferencias con
el tipo de canario de color criado en la época, ya que fue-
ron ejemplares muy robustos, buen tamaño de cabeza,
exceso de plumaje y gran cantidad de quistes, problema
que fue eliminándose con los años, hasta su casi total des-
aparición, mediante un riguroso trabajo de selección y por
sobre todo, aquí sí, sin lugar a dudas, con la ayuda del car-
denalito de venezuela que aportó además del rojo propio
de su especie, un plumaje sedoso y brillante. Por estas
características se atribuye la aparición de este nuevo
mosaico al cruce con glosters, un súper nevado.
Por último, mencionaré la tesis del autor italiano
Diego Crovace que podemos resumirla más o menos así:
Todos los fringílidos, unos más y otros menos, tienen el
plumaje de estructura nevada y es una realidad que en el
período de reproducción, la casi totalidad de los machos
muestran un plumaje más rico en lipocromo, no por una
muda de la pluma sino porque diferentes cambios hormo-
nales propios de esa época hacen que el lipocromo que se
encuentra en el ápice de la pluma aparezca más visible.
Este fenómeno es menos observable en las hembras, ya
sea por la menor cantidad de pigmento que éstas poseen
en el ápice de la pluma o probablemente por un factor de
mimetismo.
Casi de inmediato a los inicios de la cría doméstica del
canario silvestre apareció la primera mutación de la
pluma que determinaba una reducción de la misma y una
pigmentación más marcada al disponer de la misma can-
tidad de lipocromo para una superficie más reducida.
Para distinguir esta variante de aquella silvestre se utilizó
la denominación de intenso. Pero la aparición de esta alte-
ración genética sobre el plumaje vino asociada a una
“complicación” añadida, esto es, que acoplando dos suje-
tos nevados, cruce que en la naturaleza es exclusivo y nor-
mal, la pluma de la prole generalmente se alarga y se
observa una acentuación de la nevadura. El problema se
agrava si se persevera en este tipo de emparejamientos. Y
si se cruzan dos intensos entre sí obtenemos sujetos neva-
dos, intensos y doble intensos o intensos homocigóticos,
por lo que se deduce que para mantener un largo de
pluma óptimo lo más aconsejable es cruzar intensos por
nevados. La mutación intenso es dominante sobre la neva-
da, es decir para obtener sujetos nevados necesitamos de
32
Color
esta categoría en doble dosis en sus genes correspondien-
tes, la prueba empírica de esto es que si apareamos un
sujeto doble intenso por un nevado obtendremos todos
los hijos intensos.
La aparición de la categoría mosaico trajo desconcier-
to entre los normales cánones de selección, pero rápida-
mente se descubrió que el cruce de intensos homocigóti-
cos por mosaicos también daba como resultado todos los
hijos intensos portadores de mosaico y que cruzando
nevados por mosaico se obtenían todos mosaicos portado-
res de nevado, por lo tanto es lógico deducir que las dos
mutaciones que afectan a la estructura del plumaje son
dominantes sobre la forma silvestre. El Sr. Crovace enton-
ces, concluye que esta simple reconstrucción de los hechos
nos revela que la categoría mosaico al igual que la intensa
constituye una mutación de la forma ancestral, no siendo
necesario atribuirle la aparición de esta categoría a ningún
cruce del canario con otros fringílidos o carduélidos.
Sería lógico pensar que cada teoría de las antes
expuestas tuvieran una parte de razón cada una, por lo
que nos podríamos aventurar a quedarnos con lo más
razonable de cada una e hipotizar diciendo que la catego-
ría mosaico apareció en el canario por una mutación en la
estructura de la pluma, que sufrió una “alteración” en su
línea selectiva por su cruce con glosters, y que fue corregi-
da y mejorada con la hibridación continuada con el carde-
nalito de Venezuela y tal vez con el verdecillo para la línea
de lipocromos amarillos.
Otras consideraciones
En la actualidad existe una importante inquietud por
parte de los criadores de rojos mosaicos, por descubrir el
método selectivo a seguir para la obtención de las plumas
remeras, timoneras y coberteras lo más blancas posibles,
objetivo este por otra parte exigible en nuestro estándar
de color que pide rojo en las zonas de elección y blanco
tiza en el resto del plumaje, e indispensable por lo tanto,
para conseguir el éxito en competición.
Rojo marfil mosaico hembra. En esta variedad la casi totali-
dad de los ejemplares tienen las grandes plumas del busca-
do blanco tiza.
Tenemos como siempre más de una versión al respecto.
No admite discusión el hecho que la alimentación
influye. Por todos es sabido que durante el crecimiento de
la nidada no se le debe suministrar alimentos que conten-
gan carotenos ya que estos se depositarán en el hígado y
serán transmitidos al plumaje a través del torrente sanguí-
neo y la epidermis. Pero tampoco se debe olvidar que los
carotenos también se almacenan en los ovarios de las
hembras por lo que habría que tener la precaución de sus-
pender la administración de colorantes y alimentos que
los contengan durante por lo menos dos meses antes de la
puesta. Con frecuencia he oído decir a criadores que los
pollos de la primera puesta suelen salir con las alas y colas
pigmentadas, esto no es de extrañar, teniendo en cuenta la
costumbre de muchos de pigmentar durante todo el año
tanto a machos como a hembras.
por sobre todas las cosas que se observan frecuentemente
canarios de la serie negra y bruna con alas y cola totalmen-
te blancas, y por el contrario muchos ágatas e isabelas pre-
sentan restos de amarillo en las grandes plumas.
Aún teniendo la precaución necesaria durante la cría
obtenemos ejemplares con alas blancas y otros con alas
amarillas en diferentes grados de intensidad, por qué?
La versión más extendida es que los canarios lipocró-
micos aunque carentes de melaninas en su fenotipo, con-
servan en su genotipo el Tipo base al que pertenecen, es
decir serán negros, brunos, ágatas o isabelas, y que el
blanco o amarillo de las alas está directamente relaciona-
do a las melaninas que le corresponda genéticamente,
siendo entonces los negros y sobre todo los brunos los que
presenten más amarillo, mientras que ágatas e isabelas
presentan remeras y timoneras más blancas, habiendo
además una relación directa con la presencia del factor
óptico de refracción que nos daría un lipocromo más
intenso y brillante, ya que se habla de la existencia de feo-
melanina amarilla que desaparecería ante la presencia de
la refracción azul.
Este gran bruno nos demuestra que si el ejemplar es de
calidad presentara ́ sus remeras sin restos de pigmentos.
Criadero Luis Garci ́a Osorio.
Que todos los canarios lipocrómicos pertenecen a un
tipo melánico es una realidad que no incuestionable y fácil
de determinar, pero la relación entre remeras, timoneras y
las melaninas se desvanece si tenemos en cuenta que la
presencia o ausencia de melaninas tanto la eu como la feo,
no afecta en nada al proceso de síntesis de los carotenos, y
Hembra de bruno pastel rojo mosaico. Tampoco presenta
lipocromo amarillo en sus alas y cola.
Rojo mosaico macho. Las manchas mela ́nicas de los lipocro-
mos nos pueden dar pistas sobre su carga genoti ́pica.
Criadero Fernando Rodri ́guez Amat.
Algunos autores nos hablan de que posiblemente sea
una cuestión ligada al mayor tiempo que los carotenos
rojos tardan en formarse. En los mejores nóveles, más rojos
y con menos amarillo el rápido crecimiento en el nido del
plumaje y la lenta absorción del pigmento rojo hace que
alas y colas aparezcan blancas, y permanecerán así duran-
te la pigmentación del resto del plumaje durante la prime-
ra muda, a menos que pierdan alguna pluma y vuelva a
crecer, mientras que en los ejemplares de menor valor, es
decir con mucho amarillo, que aunque pigmentados con
colorantes nunca tendrán el color rojo intenso deseado, la
rápida absorción del pigmento amarillo, hace que las gran-
des plumas se pigmenten de este color.

Esto explicaría además la mejor calidad de lipocromo
rojo que presentan los sujetos de alas blancas.
Color
33
Macho adulto de a ́gata rojo mosaico. Este joven macho negro rojo mosaico muestra que carece
 Remeras y timoneras se pigmentan sin dificultad si agre- de pigmento amarillo en la misma, pero no todos los ejem-
 gamos carotenos a la dieta. El criador debe esforzarse en plares pueden presumir de ello. Foto de Manuel Ca ́rdenas
 que los canarios destinados a concurso no pierdan ningu- Teno.
 na de estas plumas durante su primera muda.
Es evidente que sigue sin estar claro los motivos de las más, presenten las grandes plumas lo más blancas posi-
distintas coloraciones en remeras y timoneras de nuestros ble, si queremos no ser penalizados en el apartado catego-
canarios, pero esta vez, al contrario de lo que ocurre con ría, apartado este que desglosaremos exhaustivamente en
otras variedades, tanto el estándar como la tendencia o el próximo artículo que le dedicaremos a esta magnífica
 moda, van de la mano y nos obligan a procurar obtener raza de canarios de color.
 ejemplares de rojo mosaico de gran lipocromo y que ade-


  El Canario Rojo Mosaico
Aunque el canario rojo mosaico siempre ha gozado de
una gran popularidad ha sido en los últimos años cuando
el número de ejemplares criados se ha multiplicado, no
hace falta más que darse una vuelta por cualquiera de los
muchísimos concursos que se organizan dentro y fuera de
España para comprobarlo.
Como muestra, los numerosísimos ejemplares expues-
tos en el último mundial celebrado en Piacenza, 576 entre
líneas machos y hembras en las modalidades de indivi-
dual y equipos incluida la variedad rojo marfil.
Los motivos del éxito de esta raza son muchos y varia-
dos, podríamos resumir los más importantes:
El buen hacer de los aficionados ha dado como resul-
tado la obtención de ejemplares de gran calidad con un
impresionante contraste entre el rojo de las zonas de elec-
ción y el blanco del resto del plumaje, confiriéndoles gran
belleza, siendo entonces muy atractivos tanto para los
entendidos como para los neófitos.
La apertura de los grupos de competición en líneas
hembras y machos y la separación de los rojos marfil
mosaico en un grupo aparte, es ya una realidad en la
mayoría de concursos de importancia.
Los clubes de especialización del mosaico existentes
en algunos países que presentan a concurso ejemplares
macho de línea hembra y hembras de línea macho, ade-
más de poseer planillas de enjuiciamiento donde se enjui-
cia cada apartado de la categoría por separado.
Por último, estamos ante unas de las razas de canarios
de color más prolíficas sin duda alguna, donde parece no
afectar el alto nivel de selección que los criadores aplican,
tanto es así, que sabemos de importantes canaricultores
que los utilizan como nodrizas de otras razas que presen-
tan más dificultades en la reproducción.
Macho joven de rojo mosaico.
Criadero Fernando Rodri ́guez Amat.
Texto y fotos: Miguel José Penzo Rodríguez
Juez de Color del CJA y O.M.J.-C.O.M.
Historia
Podríamos escribir artículos enteros, intentando expli-
car el origen del mosaico en la canaricultura y llegaríamos
siempre a la misma conclusión, no está claro. Existen
varias teorías e hipótesis todas ellas atendibles pero nin-
guna fiable al cien por cien.
Algunos autores afirman que los primeros ejemplares
aparecieron en los EEUU después de la segunda guerra
mundial ya que es desde allí de donde se tienen las prime-
ras referencias escritas, otros dicen que en Holanda y otros
Italia, como quiera, el canario mosaico que tenemos hoy,
poco se parece a aquellas primeras descripciones, por lo
que a efectos de selección sólo tiene un interés anecdótico,
por otra parte no se puede descartar que hayan aparecido
mucho antes en cualquier lugar del planeta y hayan pasa-
do desapercibidos para los poco expertos ojos de su cria-
dor.
En cuanto a su origen genético, la teoría más extendi-
da es que aparece por la hibridación con el cardenalito de
venezuela. Este espléndido carduélido americano de pre-
dominante color rojo vivo, presenta un claro dimorfismo
sexual, por lo que al cruzarlo con los canarios para intro-
ducir el rojo en los mismos se habrían obtenido los prime-
ros mosaicos. Esto podría darse como bueno para el caso
de las hembras de cardenalito ya que poseen algunas de
las características propias del mosaico pero no ocurre lo
mismo con los machos. Cualquier hibridista nos dirá que
los hijos resultantes de una hibridación adquieren las
características de los padres pero de ahí a decir que de un
cardenalito y un canario no mosaico se obtiene mosaicos
hay un trecho.
Otra hipótesis aunque menos extendida es la del cruce
con el verdecillo. En algunos sujetos de esta especie
encontramos semejanzas con la categoría mosaico, pero
teniendo en cuenta que un exceso de nevadura produce la
Cardenalito de Venezuela macho.
Color
31
impresión de estar ante un mosaico, podíamos definir a
estos ejemplares como nevados “amosaicados”, si se per-
mite la expresión. Esta “tendencia al mosaico”, sumada a
el alto porcentaje de fecundidad de los híbridos de este
fringílido con canario invita a algunos a otorgarle la pater-
nidad de la variedad que nos ocupa, pero las experiencias
con el verdecillo que he leído en todos los artículos que
han llegado a mi poder, son siempre a partir de canarias
mosaico, por lo que mientras alguien no haga el trabajo
partiendo de canarias intensas y nevadas y lo documente
fiablemente no pasamos de otra posible teoría.
Hay una tesis que nos dice que hasta los años setenta
existía un línea de mosaicos con buena localización de
lipocromo en las zonas de elección pero también con
abundante rojo difuminado en el resto del plumaje, pero
en un breve período aparecieron ejemplares con mucho
contraste entre el rojo propio de las zonas de influencia y
el blanco del resto del plumaje, y al que llamaron “nuevo
tipo”, y que presentaban además algunas diferencias con
el tipo de canario de color criado en la época, ya que fue-
ron ejemplares muy robustos, buen tamaño de cabeza,
exceso de plumaje y gran cantidad de quistes, problema
que fue eliminándose con los años, hasta su casi total des-
aparición, mediante un riguroso trabajo de selección y por
sobre todo, aquí sí, sin lugar a dudas, con la ayuda del car-
denalito de venezuela que aportó además del rojo propio
de su especie, un plumaje sedoso y brillante. Por estas
características se atribuye la aparición de este nuevo
mosaico al cruce con glosters, un súper nevado.
Por último, mencionaré la tesis del autor italiano
Diego Crovace que podemos resumirla más o menos así:
Todos los fringílidos, unos más y otros menos, tienen el
plumaje de estructura nevada y es una realidad que en el
período de reproducción, la casi totalidad de los machos
muestran un plumaje más rico en lipocromo, no por una
muda de la pluma sino porque diferentes cambios hormo-
nales propios de esa época hacen que el lipocromo que se
encuentra en el ápice de la pluma aparezca más visible.
Este fenómeno es menos observable en las hembras, ya
sea por la menor cantidad de pigmento que éstas poseen
en el ápice de la pluma o probablemente por un factor de
mimetismo.
Casi de inmediato a los inicios de la cría doméstica del
canario silvestre apareció la primera mutación de la
pluma que determinaba una reducción de la misma y una
pigmentación más marcada al disponer de la misma can-
tidad de lipocromo para una superficie más reducida.
Para distinguir esta variante de aquella silvestre se utilizó
la denominación de intenso. Pero la aparición de esta alte-
ración genética sobre el plumaje vino asociada a una
“complicación” añadida, esto es, que acoplando dos suje-
tos nevados, cruce que en la naturaleza es exclusivo y nor-
mal, la pluma de la prole generalmente se alarga y se
observa una acentuación de la nevadura. El problema se
agrava si se persevera en este tipo de emparejamientos. Y
si se cruzan dos intensos entre sí obtenemos sujetos neva-
dos, intensos y doble intensos o intensos homocigóticos,
por lo que se deduce que para mantener un largo de
pluma óptimo lo más aconsejable es cruzar intensos por
nevados. La mutación intenso es dominante sobre la neva-
da, es decir para obtener sujetos nevados necesitamos de
32
Color
esta categoría en doble dosis en sus genes correspondien-
tes, la prueba empírica de esto es que si apareamos un
sujeto doble intenso por un nevado obtendremos todos
los hijos intensos.
La aparición de la categoría mosaico trajo desconcier-
to entre los normales cánones de selección, pero rápida-
mente se descubrió que el cruce de intensos homocigóti-
cos por mosaicos también daba como resultado todos los
hijos intensos portadores de mosaico y que cruzando
nevados por mosaico se obtenían todos mosaicos portado-
res de nevado, por lo tanto es lógico deducir que las dos
mutaciones que afectan a la estructura del plumaje son
dominantes sobre la forma silvestre. El Sr. Crovace enton-
ces, concluye que esta simple reconstrucción de los hechos
nos revela que la categoría mosaico al igual que la intensa
constituye una mutación de la forma ancestral, no siendo
necesario atribuirle la aparición de esta categoría a ningún
cruce del canario con otros fringílidos o carduélidos.
Sería lógico pensar que cada teoría de las antes
expuestas tuvieran una parte de razón cada una, por lo
que nos podríamos aventurar a quedarnos con lo más
razonable de cada una e hipotizar diciendo que la catego-
ría mosaico apareció en el canario por una mutación en la
estructura de la pluma, que sufrió una “alteración” en su
línea selectiva por su cruce con glosters, y que fue corregi-
da y mejorada con la hibridación continuada con el carde-
nalito de Venezuela y tal vez con el verdecillo para la línea
de lipocromos amarillos.
Otras consideraciones
En la actualidad existe una importante inquietud por
parte de los criadores de rojos mosaicos, por descubrir el
método selectivo a seguir para la obtención de las plumas
remeras, timoneras y coberteras lo más blancas posibles,
objetivo este por otra parte exigible en nuestro estándar
de color que pide rojo en las zonas de elección y blanco
tiza en el resto del plumaje, e indispensable por lo tanto,
para conseguir el éxito en competición.
Rojo marfil mosaico hembra. En esta variedad la casi totali-
dad de los ejemplares tienen las grandes plumas del busca-
do blanco tiza.
Tenemos como siempre más de una versión al respecto.
No admite discusión el hecho que la alimentación
influye. Por todos es sabido que durante el crecimiento de
la nidada no se le debe suministrar alimentos que conten-
gan carotenos ya que estos se depositarán en el hígado y
serán transmitidos al plumaje a través del torrente sanguí-
neo y la epidermis. Pero tampoco se debe olvidar que los
carotenos también se almacenan en los ovarios de las
hembras por lo que habría que tener la precaución de sus-
pender la administración de colorantes y alimentos que
los contengan durante por lo menos dos meses antes de la
puesta. Con frecuencia he oído decir a criadores que los
pollos de la primera puesta suelen salir con las alas y colas
pigmentadas, esto no es de extrañar, teniendo en cuenta la
costumbre de muchos de pigmentar durante todo el año
tanto a machos como a hembras.
por sobre todas las cosas que se observan frecuentemente
canarios de la serie negra y bruna con alas y cola totalmen-
te blancas, y por el contrario muchos ágatas e isabelas pre-
sentan restos de amarillo en las grandes plumas.
Aún teniendo la precaución necesaria durante la cría
obtenemos ejemplares con alas blancas y otros con alas
amarillas en diferentes grados de intensidad, por qué?
La versión más extendida es que los canarios lipocró-
micos aunque carentes de melaninas en su fenotipo, con-
servan en su genotipo el Tipo base al que pertenecen, es
decir serán negros, brunos, ágatas o isabelas, y que el
blanco o amarillo de las alas está directamente relaciona-
do a las melaninas que le corresponda genéticamente,
siendo entonces los negros y sobre todo los brunos los que
presenten más amarillo, mientras que ágatas e isabelas
presentan remeras y timoneras más blancas, habiendo
además una relación directa con la presencia del factor
óptico de refracción que nos daría un lipocromo más
intenso y brillante, ya que se habla de la existencia de feo-
melanina amarilla que desaparecería ante la presencia de
la refracción azul.
Este gran bruno nos demuestra que si el ejemplar es de
calidad presentara ́ sus remeras sin restos de pigmentos.
Criadero Luis Garci ́a Osorio.
Que todos los canarios lipocrómicos pertenecen a un
tipo melánico es una realidad que no incuestionable y fácil
de determinar, pero la relación entre remeras, timoneras y
las melaninas se desvanece si tenemos en cuenta que la
presencia o ausencia de melaninas tanto la eu como la feo,
no afecta en nada al proceso de síntesis de los carotenos, y
Hembra de bruno pastel rojo mosaico. Tampoco presenta
lipocromo amarillo en sus alas y cola.
Rojo mosaico macho. Las manchas mela ́nicas de los lipocro-
mos nos pueden dar pistas sobre su carga genoti ́pica.
Criadero Fernando Rodri ́guez Amat.
Algunos autores nos hablan de que posiblemente sea
una cuestión ligada al mayor tiempo que los carotenos
rojos tardan en formarse. En los mejores nóveles, más rojos
y con menos amarillo el rápido crecimiento en el nido del
plumaje y la lenta absorción del pigmento rojo hace que
alas y colas aparezcan blancas, y permanecerán así duran-
te la pigmentación del resto del plumaje durante la prime-
ra muda, a menos que pierdan alguna pluma y vuelva a
crecer, mientras que en los ejemplares de menor valor, es
decir con mucho amarillo, que aunque pigmentados con
colorantes nunca tendrán el color rojo intenso deseado, la
rápida absorción del pigmento amarillo, hace que las gran-
des plumas se pigmenten de este color.
Esto explicaría además la mejor calidad de lipocromo
rojo que presentan los sujetos de alas blancas.
Color
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Macho adulto de a ́gata rojo mosaico. Este joven macho negro rojo mosaico muestra que carece
 Remeras y timoneras se pigmentan sin dificultad si agre- de pigmento amarillo en la misma, pero no todos los ejem-
 gamos carotenos a la dieta. El criador debe esforzarse en plares pueden presumir de ello. Foto de Manuel Ca ́rdenas
 que los canarios destinados a concurso no pierdan ningu- Teno.
 na de estas plumas durante su primera muda.
Es evidente que sigue sin estar claro los motivos de las más, presenten las grandes plumas lo más blancas posi-
distintas coloraciones en remeras y timoneras de nuestros ble, si queremos no ser penalizados en el apartado catego-
canarios, pero esta vez, al contrario de lo que ocurre con ría, apartado este que desglosaremos exhaustivamente en
otras variedades, tanto el estándar como la tendencia o el próximo artículo que le dedicaremos a esta magnífica
 moda, van de la mano y nos obligan a procurar obtener raza de canarios de color.
 ejemplares de rojo mosaico de gran lipocromo y que ade-

El Canario Rojo Mosaico
Aunque el canario rojo mosaico siempre ha gozado de
una gran popularidad ha sido en los últimos años cuando
el número de ejemplares criados se ha multiplicado, no
hace falta más que darse una vuelta por cualquiera de los
muchísimos concursos que se organizan dentro y fuera de
España para comprobarlo.
Como muestra, los numerosísimos ejemplares expues-
tos en el último mundial celebrado en Piacenza, 576 entre
líneas machos y hembras en las modalidades de indivi-
dual y equipos incluida la variedad rojo marfil.
Los motivos del éxito de esta raza son muchos y varia-
dos, podríamos resumir los más importantes:
El buen hacer de los aficionados ha dado como resul-
tado la obtención de ejemplares de gran calidad con un
impresionante contraste entre el rojo de las zonas de elec-
ción y el blanco del resto del plumaje, confiriéndoles gran
belleza, siendo entonces muy atractivos tanto para los
entendidos como para los neófitos.
La apertura de los grupos de competición en líneas
hembras y machos y la separación de los rojos marfil
mosaico en un grupo aparte, es ya una realidad en la
mayoría de concursos de importancia.
Los clubes de especialización del mosaico existentes
en algunos países que presentan a concurso ejemplares
macho de línea hembra y hembras de línea macho, ade-
más de poseer planillas de enjuiciamiento donde se enjui-
cia cada apartado de la categoría por separado.
Por último, estamos ante unas de las razas de canarios
de color más prolíficas sin duda alguna, donde parece no
afectar el alto nivel de selección que los criadores aplican,
tanto es así, que sabemos de importantes canaricultores
que los utilizan como nodrizas de otras razas que presen-
tan más dificultades en la reproducción.
Macho joven de rojo mosaico.
Criadero Fernando Rodri ́guez Amat.
Texto y fotos: Miguel José Penzo Rodríguez
Juez de Color del CJA y O.M.J.-C.O.M.
Historia
Podríamos escribir artículos enteros, intentando expli-
car el origen del mosaico en la canaricultura y llegaríamos
siempre a la misma conclusión, no está claro. Existen
varias teorías e hipótesis todas ellas atendibles pero nin-
guna fiable al cien por cien.
Algunos autores afirman que los primeros ejemplares
aparecieron en los EEUU después de la segunda guerra
mundial ya que es desde allí de donde se tienen las prime-
ras referencias escritas, otros dicen que en Holanda y otros
Italia, como quiera, el canario mosaico que tenemos hoy,
poco se parece a aquellas primeras descripciones, por lo
que a efectos de selección sólo tiene un interés anecdótico,
por otra parte no se puede descartar que hayan aparecido
mucho antes en cualquier lugar del planeta y hayan pasa-
do desapercibidos para los poco expertos ojos de su cria-
dor.
En cuanto a su origen genético, la teoría más extendi-
da es que aparece por la hibridación con el cardenalito de
venezuela. Este espléndido carduélido americano de pre-
dominante color rojo vivo, presenta un claro dimorfismo
sexual, por lo que al cruzarlo con los canarios para intro-
ducir el rojo en los mismos se habrían obtenido los prime-
ros mosaicos. Esto podría darse como bueno para el caso
de las hembras de cardenalito ya que poseen algunas de
las características propias del mosaico pero no ocurre lo
mismo con los machos. Cualquier hibridista nos dirá que
los hijos resultantes de una hibridación adquieren las
características de los padres pero de ahí a decir que de un
cardenalito y un canario no mosaico se obtiene mosaicos
hay un trecho.
Otra hipótesis aunque menos extendida es la del cruce
con el verdecillo. En algunos sujetos de esta especie
encontramos semejanzas con la categoría mosaico, pero
teniendo en cuenta que un exceso de nevadura produce la
Cardenalito de Venezuela macho.
Color
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impresión de estar ante un mosaico, podíamos definir a
estos ejemplares como nevados “amosaicados”, si se per-
mite la expresión. Esta “tendencia al mosaico”, sumada a
el alto porcentaje de fecundidad de los híbridos de este
fringílido con canario invita a algunos a otorgarle la pater-
nidad de la variedad que nos ocupa, pero las experiencias
con el verdecillo que he leído en todos los artículos que
han llegado a mi poder, son siempre a partir de canarias
mosaico, por lo que mientras alguien no haga el trabajo
partiendo de canarias intensas y nevadas y lo documente
fiablemente no pasamos de otra posible teoría.
Hay una tesis que nos dice que hasta los años setenta
existía un línea de mosaicos con buena localización de
lipocromo en las zonas de elección pero también con
abundante rojo difuminado en el resto del plumaje, pero
en un breve período aparecieron ejemplares con mucho
contraste entre el rojo propio de las zonas de influencia y
el blanco del resto del plumaje, y al que llamaron “nuevo
tipo”, y que presentaban además algunas diferencias con
el tipo de canario de color criado en la época, ya que fue-
ron ejemplares muy robustos, buen tamaño de cabeza,
exceso de plumaje y gran cantidad de quistes, problema
que fue eliminándose con los años, hasta su casi total des-
aparición, mediante un riguroso trabajo de selección y por
sobre todo, aquí sí, sin lugar a dudas, con la ayuda del car-
denalito de venezuela que aportó además del rojo propio
de su especie, un plumaje sedoso y brillante. Por estas
características se atribuye la aparición de este nuevo
mosaico al cruce con glosters, un súper nevado.
Por último, mencionaré la tesis del autor italiano
Diego Crovace que podemos resumirla más o menos así:
Todos los fringílidos, unos más y otros menos, tienen el
plumaje de estructura nevada y es una realidad que en el
período de reproducción, la casi totalidad de los machos
muestran un plumaje más rico en lipocromo, no por una
muda de la pluma sino porque diferentes cambios hormo-
nales propios de esa época hacen que el lipocromo que se
encuentra en el ápice de la pluma aparezca más visible.
Este fenómeno es menos observable en las hembras, ya
sea por la menor cantidad de pigmento que éstas poseen
en el ápice de la pluma o probablemente por un factor de
mimetismo.
Casi de inmediato a los inicios de la cría doméstica del
canario silvestre apareció la primera mutación de la
pluma que determinaba una reducción de la misma y una
pigmentación más marcada al disponer de la misma can-
tidad de lipocromo para una superficie más reducida.
Para distinguir esta variante de aquella silvestre se utilizó
la denominación de intenso. Pero la aparición de esta alte-
ración genética sobre el plumaje vino asociada a una
“complicación” añadida, esto es, que acoplando dos suje-
tos nevados, cruce que en la naturaleza es exclusivo y nor-
mal, la pluma de la prole generalmente se alarga y se
observa una acentuación de la nevadura. El problema se
agrava si se persevera en este tipo de emparejamientos. Y
si se cruzan dos intensos entre sí obtenemos sujetos neva-
dos, intensos y doble intensos o intensos homocigóticos,
por lo que se deduce que para mantener un largo de
pluma óptimo lo más aconsejable es cruzar intensos por
nevados. La mutación intenso es dominante sobre la neva-
da, es decir para obtener sujetos nevados necesitamos de
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esta categoría en doble dosis en sus genes correspondien-
tes, la prueba empírica de esto es que si apareamos un
sujeto doble intenso por un nevado obtendremos todos
los hijos intensos.
La aparición de la categoría mosaico trajo desconcier-
to entre los normales cánones de selección, pero rápida-
mente se descubrió que el cruce de intensos homocigóti-
cos por mosaicos también daba como resultado todos los
hijos intensos portadores de mosaico y que cruzando
nevados por mosaico se obtenían todos mosaicos portado-
res de nevado, por lo tanto es lógico deducir que las dos
mutaciones que afectan a la estructura del plumaje son
dominantes sobre la forma silvestre. El Sr. Crovace enton-
ces, concluye que esta simple reconstrucción de los hechos
nos revela que la categoría mosaico al igual que la intensa
constituye una mutación de la forma ancestral, no siendo
necesario atribuirle la aparición de esta categoría a ningún
cruce del canario con otros fringílidos o carduélidos.
Sería lógico pensar que cada teoría de las antes
expuestas tuvieran una parte de razón cada una, por lo
que nos podríamos aventurar a quedarnos con lo más
razonable de cada una e hipotizar diciendo que la catego-
ría mosaico apareció en el canario por una mutación en la
estructura de la pluma, que sufrió una “alteración” en su
línea selectiva por su cruce con glosters, y que fue corregi-
da y mejorada con la hibridación continuada con el carde-
nalito de Venezuela y tal vez con el verdecillo para la línea
de lipocromos amarillos.
Otras consideraciones
En la actualidad existe una importante inquietud por
parte de los criadores de rojos mosaicos, por descubrir el
método selectivo a seguir para la obtención de las plumas
remeras, timoneras y coberteras lo más blancas posibles,
objetivo este por otra parte exigible en nuestro estándar
de color que pide rojo en las zonas de elección y blanco
tiza en el resto del plumaje, e indispensable por lo tanto,
para conseguir el éxito en competición.
Rojo marfil mosaico hembra. En esta variedad la casi totali-
dad de los ejemplares tienen las grandes plumas del busca-
do blanco tiza.
Tenemos como siempre más de una versión al respecto.
No admite discusión el hecho que la alimentación
influye. Por todos es sabido que durante el crecimiento de
la nidada no se le debe suministrar alimentos que conten-
gan carotenos ya que estos se depositarán en el hígado y
serán transmitidos al plumaje a través del torrente sanguí-
neo y la epidermis. Pero tampoco se debe olvidar que los
carotenos también se almacenan en los ovarios de las
hembras por lo que habría que tener la precaución de sus-
pender la administración de colorantes y alimentos que
los contengan durante por lo menos dos meses antes de la
puesta. Con frecuencia he oído decir a criadores que los
pollos de la primera puesta suelen salir con las alas y colas
pigmentadas, esto no es de extrañar, teniendo en cuenta la
costumbre de muchos de pigmentar durante todo el año
tanto a machos como a hembras.
por sobre todas las cosas que se observan frecuentemente
canarios de la serie negra y bruna con alas y cola totalmen-
te blancas, y por el contrario muchos ágatas e isabelas pre-
sentan restos de amarillo en las grandes plumas.
Aún teniendo la precaución necesaria durante la cría
obtenemos ejemplares con alas blancas y otros con alas
amarillas en diferentes grados de intensidad, por qué?
La versión más extendida es que los canarios lipocró-
micos aunque carentes de melaninas en su fenotipo, con-
servan en su genotipo el Tipo base al que pertenecen, es
decir serán negros, brunos, ágatas o isabelas, y que el
blanco o amarillo de las alas está directamente relaciona-
do a las melaninas que le corresponda genéticamente,
siendo entonces los negros y sobre todo los brunos los que
presenten más amarillo, mientras que ágatas e isabelas
presentan remeras y timoneras más blancas, habiendo
además una relación directa con la presencia del factor
óptico de refracción que nos daría un lipocromo más
intenso y brillante, ya que se habla de la existencia de feo-
melanina amarilla que desaparecería ante la presencia de
la refracción azul.
Este gran bruno nos demuestra que si el ejemplar es de
calidad presentara ́ sus remeras sin restos de pigmentos.
Criadero Luis Garci ́a Osorio.
Que todos los canarios lipocrómicos pertenecen a un
tipo melánico es una realidad que no incuestionable y fácil
de determinar, pero la relación entre remeras, timoneras y
las melaninas se desvanece si tenemos en cuenta que la
presencia o ausencia de melaninas tanto la eu como la feo,
no afecta en nada al proceso de síntesis de los carotenos, y
Hembra de bruno pastel rojo mosaico. Tampoco presenta
lipocromo amarillo en sus alas y cola.
Rojo mosaico macho. Las manchas mela ́nicas de los lipocro-
mos nos pueden dar pistas sobre su carga genoti ́pica.
Criadero Fernando Rodri ́guez Amat.
Algunos autores nos hablan de que posiblemente sea
una cuestión ligada al mayor tiempo que los carotenos
rojos tardan en formarse. En los mejores nóveles, más rojos
y con menos amarillo el rápido crecimiento en el nido del
plumaje y la lenta absorción del pigmento rojo hace que
alas y colas aparezcan blancas, y permanecerán así duran-
te la pigmentación del resto del plumaje durante la prime-
ra muda, a menos que pierdan alguna pluma y vuelva a
crecer, mientras que en los ejemplares de menor valor, es
decir con mucho amarillo, que aunque pigmentados con
colorantes nunca tendrán el color rojo intenso deseado, la
rápida absorción del pigmento amarillo, hace que las gran-
des plumas se pigmenten de este color.
Esto explicaría además la mejor calidad de lipocromo
rojo que presentan los sujetos de alas blancas.
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Macho adulto de a ́gata rojo mosaico. Este joven macho negro rojo mosaico muestra que carece
 Remeras y timoneras se pigmentan sin dificultad si agre- de pigmento amarillo en la misma, pero no todos los ejem-
 gamos carotenos a la dieta. El criador debe esforzarse en plares pueden presumir de ello. Foto de Manuel Ca ́rdenas
 que los canarios destinados a concurso no pierdan ningu- Teno.
 na de estas plumas durante su primera muda.
Es evidente que sigue sin estar claro los motivos de las más, presenten las grandes plumas lo más blancas posi-
distintas coloraciones en remeras y timoneras de nuestros ble, si queremos no ser penalizados en el apartado catego-
canarios, pero esta vez, al contrario de lo que ocurre con ría, apartado este que desglosaremos exhaustivamente en
otras variedades, tanto el estándar como la tendencia o el próximo artículo que le dedicaremos a esta magnífica
 moda, van de la mano y nos obligan a procurar obtener raza de canarios de color.
 ejemplares de rojo mosaico de gran lipocromo y que ade-

stintas coloraciones en remeras y timoneras de nuestros más, presenten las grandes plumas lo más blancas posi-
canarios, pero esta vez, al contrario de lo que ocurre con ble, si queremos no ser penalizados en el apartado catego-
otras variedades, tanto el estándar como la tendencia o ría, apartado este que desglosaremos exhaustivamente en
 moda, van de la mano y nos obligan a procurar obtener el próximo artículo que le dedicaremos a esta magnífica
 ejemplares de rojo mosaico de gran lipocromo y que ade- raza de canarios de color.

 

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